lunes, 20 de abril de 2009

Internet y más preguntas...

Daniel Goñi


"Combatimos el poder y vivimos por él cada día...", rezaba parte del texto de un largo tema de la banda de rock sinfónico progresivo Yes (del album "Relayer", 1974), en la sofisticada suite "The gates of delirium" y parece aquella frase condensar el permanente dilema de la condición humana en relación con liberarse de las ataduras que ella misma genera.La llegada de internet produjo en el campo de las comunicaciones un cimbronazo a nivel planetario de una magnitud que -a mi parecer- aún no es del todo mensurable.Suerte de big bang comunicacional con incipiente germen en California y Utah, allá por 1969, irrumpe en los 90 masivamente y se erige hoy en requisito sine qua non a la hora de las comunicaciones a escala individual y masiva.Las caracteristicas conocidas y algunas otras en periodo de emersión vislumbran en la red curiosos signos (no por eso menos inquietantes) de captación y almacenamiento activo de datos personales de los usuarios bajo simpáticos formatos como facebook, hoy de gran aceptación en amplias franjas de la sociedad y en especial en la gente joven.Si reparamos en el lugar de origen de la web (¡Oh, aquella California libertaria de los 60, flower power mediante, donde podías acercarte al corazón del hippismo "whith flowers in your head...", como la canción!...) es el centro del imperio, donde reside el imponente "Silicon Valley" ("Valle del Silicio"), centro de producción de los componentes virtuales a escala humana (donde creo aún no se eliminó la plusvalía) y que EE.UU. ha exportado al mundo, entre otras cosas, guerras, inflación, recesión laboral en masa y criminales invasiones militares y sojuzgamiento de otras culturas, sólo nos cabe preguntarnos... ¿en nombre de qué motivación filantrópica la gratuidad del email enmascara la apropiación de información confidencial de los usuarios? Pero no me contesten ahora, vamos a una pausa...

Apéndice IX del Diccionario del diablo de Ambrose Bierce

Perro, s. Especie de Divinidad adicional o suplementaria, destinada a recibir el excedente del fervor religioso del mundo. Este Ser Divino, en algunas de sus encarnaciones más pequeñas y sedosas, ocupa en el corazón de la Mujer el lugar a que ningún hombre aspira. El Perro es una supervivencia, un anacronismo. No trabaja, ni hila, pero Salomón en toda su gloria jamás yació todo el día en una estera, engordando al sol, mientras su amo trabajaba para poder comprar un ocioso meneo de la cola salomónica y una mirada de tolerante reconocimiento

Perseverancia, s. Virtud interior que permite al mediocre alcanzar un éxito sin gloria.

Pesimismo, s. Filosofía impuesta al observador por el desalentador predominio del optimista, con su esperanza de espantapájaros y su abominable sonrisa.

Piano, s. Utensilio de salón para domar al visitante impenitente. Se hace funcionar deprimiendo las teclas y el espíritu de los oyentes.

Piel roja, s. Indio norteamericano cuya piel no es roja, al menos por afuera.

Pillo, s. Tonto considerado bajo otro aspecto. Hombre cuyas cualidades, preparadas para la exhibición como una caja de fresas en un mercado --las mejores arriba-- han sido abiertas del lado que no corresponde. Un caballero al revés.

Placer, s. La forma menos detestable del tedio.

Plaga, s. En la antigüedad, castigo colectivo infligido a los inocentes para iluminar a sus gobernantes, como en el caso muy conocido de Faraón el Inmune. Las plagas que nos azotan hoy no son felizmente otra cosa que la manifestación casual de una Naturaleza perversa, pero insensata.

Pleito, s. Máquina en la que se entra en forma de cerdo y se sale en forma de salchicha.

Plenipotenciario, adj. Provisto de plenos poderes. Un ministro plenipotenciario es un diplomático a quien se otorga absoluta autoridad con la condición de que nunca la ejerza.

Pleonasmo, s. Ejército de palabras que escolta a un sargento de pensamiento.

Poligamia, s. Capilla de expiación provista de varios reclinatorios penitenciales, a diferencia de la monogamia, que sólo tiene uno.

Política, s. Conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.

Político, s. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo.

viernes, 10 de abril de 2009

Internet y manipulación

Jorge Aloy

No hace mucho, Ricardo Piglia señaló que Internet se halla aún en una suerte de comunismo primitivo que dará paso, de un momento a otro, a una situación de pleno dominio por parte de los poderosos grupos económicos. A ello vamos.
Quizá pasemos a un período feudal y luego explote el Capitalismo virtual. Pero no creo, Internet es un símbolo de las etapas salteadas. En todo lo que imita se cuida mucho de no repetir lo que pueda resultarle inconveniente. El Capitalismo virtual (y concreto) decidirá, llegado el momento, quién podrá tener una página, quién hacer publicidad, quién cobrarlas, qué impuestos imponer y demás pormenores.
Sin ánimos apocalípticos, y aún desconociendo la forma que adoptará, la Web ocupará un mayor espacio de poder y, fundamentalmente, de control. No en vano las empresas alientan a concretar enormes comunidades donde cada integrante, para ingresar, debe asentar hasta el más mínimo dato personal. Estos datos que se completan como un trámite habitual, van de la mano del ansia por ingresar a una comunidad en busca de amigos: es un acto familiar e inconciente que realizan jóvenes y no tan jóvenes ante la posibilidad de concretar el acto de pertenecer. ¿Engendra esto algún riesgo? La revista Acción, perteneciente al Banco Credicoop de Argentina, informó recientemente que la CIA hizo un salvataje económico, por unos cuantos millones de dólares, a la empresa Facebook. ¿Cuál es el interés de la Central de Inteligencia Americana? La respuesta es sorpresiva, pero no extraña: Facebook es su proveedora y fuente de información para el eventual reclutamiento de agentes. La CIA tiene establecido un perfil modelo de agente y analiza, dentro del gran abanico internacional que ofrece Facebook a través de sus usuarios, a los potenciales servicios que podría sumar a su fuerza.
La misma nota de Acción indica que el ingreso a esta comunidad del ciberespacio es muy sencillo, pero el egreso no se consigue ni con la muerte.
El debate que se puede sostener a partir de esta situación es que nadie que aporte señas particulares desea verse incluido en bases de datos de ningún servicio de inteligencia. Esta treta redunda ya en el paroxismo de la manipulación del poder respecto al manejo de fuentes privadas, fundamentalmente porque se lo realiza a través del engaño.
Lo último: Quizá Internet sea la concreción de muchas premoniciones, no lo sé. Lo que sí es seguro es que el siglo XXI vino sin papelera de reciclaje.

Incipit VII (Cuentos)

Séptima aparición de los comienzos de cuentos, donde el perro siempre plantea alguna intriga.Se encontró solo en la sala de espera y se puso a mirar el diario que había llevado para el brazo. Las manos le temblaban levemente. Sacó un cigarrillo y antes de encenderlo se acarició el ralo bigote cuyo crecimiento había vigilado durante semanas. Nunca había soportado el humo del tabaco y tosió con lágrimas; pero tenía que seguir fumando como un hombre hasta que llegara el momento de levantarse. No podía recordar, para imitarla, cómo era la expresión de un hombre cínico, un hombre maduro y ya de vuelta.
(Ida y vuelta. Juan Carlos Onetti)

Era un violinista tan bueno y tan pobre que, cuando tocaba, los ángeles, con tal de oírlo, bajaban a rascarle la cabeza mientras tenía las dos manos ocupadas en tocar (gran homenaje por parte de ellos pues consideran a este mundo muy sucio).
(El violinista. Santiago Dabove)

El ángel Elzevar está desocupado, lo único que sabe hacer es llevar mensajes pero ya no hay más mensajes que llevar, y entonces el ángel da vueltas revisando en la basura del gran basurero municipal en busca de restos de comida y sobras de fruta: algo tiene que comer.
(El ángel. Juan Rodolfo Wilcock)


Marley estaba muerto; eso para empezar. No cabe la menor duda al respecto. El clérigo, el funcionario, el propietario de la funeraria y el que presidió el duelo habían firmado el acta de su enterramiento. También Scrooge había firmado, y la firma de Scrooge, de reconocida solvencia en el mundo mercantil, tenía valor en cualquier papel donde apareciera. El viejo Morley estaba tan muerto como el clavo de una puerta.
(Cuento de navidad. Charles Dickens)

Paseando al anochecer por una callejuela, hurté un melón. El frutero, que estaba escondido detrás de sus frutas, me atrapó por el brazo: “Señorita, me dijo, hace cuarenta años que espero una ocasión como ésta. Cuarenta años que me la paso escondido detrás de esta pila de naranjas con la esperanza de que alguien me arrebate una fruta. Y le digo por qué: necesito hablar, necesito contar mi historia. Si usted no me escucha, la entregaré a la policía.”
“Le escucho”, dije yo.
(El enamorado. Leonora Carrington)

Un día recibí una carta de Tombuctú. Era Latapy, quien me escribía para darme algunas noticias y anunciarme la llegada de un magnífico sudanés. "Si tú aceptas alojarlo y alimentarlo -me decía- te servirá voluntariamente de doméstico, sin reclamarte sueldo, porque desea una estadía en París".
¡Un doméstico gratis, buen negocio! Esperé al sudanés.
(Mi sudanés. Edouard Osmont)

– ¿Sobre qué conciencia no pesa un crimen? –preguntó el barón d'Ormesan–. Por mi parte, yo no los cuento. He cometido algunos que me produjeron no poco dinero. Y si hoy no soy millonario debo culpar más bien a mis apetitos que a mis escrúpulos.
(Un bello film. Guillaume Apollinaire)

miércoles, 1 de abril de 2009

En las fronteras de Vila-Matas

Jorge Aloy

En estos tiempos que corren, la creación de estéticas nuevas en la literatura parece improbable. Pero basta con acercarse a la obra de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) para creer que es posible, ya que sus libros dan una vuelta más de tuerca a un recurso antiquísimo —la intertextualidad— y hacen explícito lo que todos ejercen de modo subrepticio, para conformar un nuevo modo de encuentro con la literatura.
Bartleby y compañía (2000), junto a Historia abreviada de la literatura portátil (1985), son novelas donde el autor llevó la intertextualidad a extremos insospechados. Vila-Matas no cesa de citar textos y autores, de comparar la vida de sus personajes con personajes de cuentos o novelas, de contestar preguntas con respuestas tomadas textualmente de la literatura. Mas, sus personajes, muchas veces son escritores y pintores, como en Historia abreviada… donde Marcel Duchamp, García Lorca, Scott Fitzgerald, Walter Benjamín, Man Ray, Louis Ferdinand Céline, Francis Picabia y Blaise Cendrars, entre otros, participan en la formación de una sociedad secreta. Reparten un volante con el alfabeto para sordos y unas instrucciones para decodificar un mensaje secreto: Si Hablas Alto Nunca Digas Yo. Por supuesto, si seguimos las mayúsculas nos encontramos con la palabra SHANDY que posee un doble sentido: el supuesto nombre de una bebida alcohólica inglesa y la referencia a Tristam Shandy de Laurence Sterne. La condición para ser un Shandy era poseer una obra portátil que pueda trasladarse en un maletín, tener simpatías por la negritud, funcionar como máquinas solteras, cultivar el arte de la insolencia y no gozar de grandes propósitos en ningún aspecto de la vida.
El inicio de la conspiración Shandy data de 1924 y un año después, en Viena, se realizó una fiesta donde fue invitado, incluso, un jovencísimo Jorge Luis Borges. El detalle curioso de la sociedad secreta es el motivo por el cual no ingresó a ella Marcel Proust. Hizo una pregunta que un Shandy nunca debió hacer.
En Bartleby y compañía, Vila-Matas nos presenta el mundo de un solitario que, tras veinticinco años de la publicación de su novela, decide volver a escribir, pero no ficción sino notas al pie de un texto invisible. Esas notas hablan de los escritores que un día dijeron no y desistieron de escribir. Es una investigación donde se mezclan los hechos apócrifos con los reales. Y éste es el mundo que propone Vila-Matas en su obra, abolir al lector cómodo, incentivar la duda y provocar búsquedas en papeles, libros, páginas de Internet. De este modo, el escritor catalán va profundizando una escritura en las fronteras. Las fronteras de la ficción y el ensayo, por un lado. Y las fronteras de la ficción y lo real, por otro. Siempre entre los personajes de carne y hueso se cruzan personajes que son, sólo, de papel.
Bartleby, por supuesto, es una referencia al escribiente de Herman Melville que ante cualquier solicitud respondía: “preferiría no hacerlo”. Bartleby se negó, de algún modo, a vivir, y el cuento finalmente nos devela el motivo. Con este punto de partida Vila-Mata indaga, entre otros, sobre Juan Rulfo, Rimbaud, Salinger, Enrique Banchs y la pulsión que los llevó a la negación de la escritura, a transformarse en artistas del No en el momento que sus lectores pedían más. ¿Por qué dijeron: “preferiría no hacerlo”? ¿No soportaron el éxito, las presiones editoriales, o se les agotó el germen creador o, simplemente, decidieron vivir antes que imaginar? En 1974, ante la requisitoria, Juan Rulfo justificó su abandono de la literatura: “Pues porque se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias”.
Resumiendo, la estética de Vila-Matas abreva en la literatura misma, desde Don Quijote a Rayuela, y obliga a cada lector a ensayar una rigurosa hermenéutica. Y a pesar de abundar intertextualidad, metatextualidad, citas y alusiones, está muy lejos del ensayo. Hay un hilo invisible demarcando las fronteras.
Las novelas de Vila-Matas rinden culto a la literatura: no conducen a ningún lado. Como la sociedad secreta en Historia abreviada… que compara a sus integrantes con peregrinos medievales que viajaban a Canterbury, Jerusalén o Compostela. A nadie le importaba el viaje, sino contarse historias.