jueves, 15 de diciembre de 2011

Lecturas para el metro

Por: C. Luisa Ugueto (*)
En la mayoría de las ciudades del mundo, el metro es uno de los medios de transporte más concurridos. Te empujan en el metro, te aplastan en el metro, a veces, con suerte vas cómodo, sentado, leyendo un buen libro si tu parada es lejana, pero también si solamente esperas llegar a tu destino en la próxima estación. Leer en el metro, incluso de pie, es una de las mejores decisiones que puedes tomar, te permite redituar tu tiempo, usarlo para “algo”. No digo que el silencio o la música no sean una posibilidad mientras avanza tu vagón, digo que leer suma puntos, vida y alegría. He aquí dos libros que te permitirán experimentar sensaciones si te unes a los lectores rodantes del mundo. Enjoy!

Cortos / Alberto Fuguet

El cine y la literatura tiene algo en común: las historias, la necesidad de contar historias, de mostrar a través de situaciones imaginarias el mundo que nos rodea. Los cuentos de Cortos de Alberto Fuguet iban a ser cine, pero todo el mundo sabe que antes de ser cine una película es guión, esta escrita en papel con todo su universo plasmado en letras antes que en imágenes. El cineasta y escritor chileno en estos cuentos de una extensión limitada, tal como lo devela el titulo del libro, nos narra la vida de personajes diversos.
“Si uno es capaz de conquistar la soledad, es capaz de conquistarlo todo. De eso es lo que uno huye, eso es lo que uno teme” dice Simón en "Road Story", uno de los cuentos mas logrados de estas ocho historias cotidianas que te aproximaran a una narración visual como si se trataran de cortometrajes.

Todos los fuegos, el fuego / Julio Cortázar

Los cuentos de Todos los fuegos, el fuego, son ocasionalmente tan reales que dan miedo. He estado en La autopista del sur muchas veces. Es imposible no haber estado en ella viviendo a una hora de la ciudad, en las afueras, en las que en Venezuela se llaman ciudades dormitorio, donde solo puedes vivir realmente, los fines de semana. De resto debes trasladarte a la gran ciudad, lo cual te hace permanecer paralizado en colas eternas, como esa del cuento de Cortázar.
"La salud de los enfermos", es un cuento sobre el amor, sobre como el amor puede valerse de la mentira para sobrevivir, "La señorita Cora", fue el primer cuento que leí de Cortázar, "Reunión", "Todos los fuegos el fuego" y el resto de los relatos del libro son un eco del mundo fantástico del escritor, ese donde decía vivir cotidianamente y en el cual nos permitió adentrarnos a través de sus libros, para darnos cuenta que la fantasía se vislumbra, a veces, mucho más con los ojos abiertos que en los sueños.

(*) C. Luisa Ugueto es Licenciada en Letras por la Unversidad Central de Venezuela. Vive en La Guaira, Estado de Vargas y escribió en exclusiva para El perro elocuente esta nota. Además es crítica de cine y podemos leerla habitualmente en http://elproyectordedonnie.blogspot.com/ (o clickear en nuestra lista de blogs amigos y afines).

jueves, 1 de diciembre de 2011

Ocho reglas para escribir ficción. Kurt Vonnegut

De Bagombo Snuff Box: Uncollected Short Fiction tomamos este breve "decálogo" que nos legara el viejo zorro.

Por si quedan dudas en el punto 1, en el original en inglés dice "Use the time of a total stranger in such a way that he or she will not feel the time was wasted". Por "el tiempo de un total extraño" suponemos que se refiere al "tiempo de otro". En el caso de la ficción, a un personaje.

Recordemos que Kurt Vonnegut (1922-2007) es norteamericano, publicó, entre otras novelas, Matadero cinco y Pájaro de celda, de las cuales ya hemos hablado.


1. Usa el tiempo de un total extraño de tal forma de que él o ella no sentirá que lo desperdició.


2. Dale al lector al menos un personaje con el que él o ella pueda identificarse.


3. Cada personaje debe desear algo, aunque sólo sea un vaso de agua.


4. Cada frase debe hacer una de estas dos cosas: revelar al personaje o avanzar en la acción.


5. Comienza tan cerca del final como sea posible.


6. Sé sádico. No importa cuán dulce e inocentes sean tu personajes, haz que les ocurran cosas atroces, para que el lector pueda ver de qué están hechos.


7. Escribe para satisfacer a una sola persona. Si abres una ventana y quieres agradarle a todo el mundo, a tu cuento le dará una neumonía.


8. Dale a tus lectores tanta información como sea posible, tan pronto como sea posible. Al diablo el suspenso. Los lectores deberían tener una comprensión tan completa de lo que está pasando, dónde y cuándo y por qué, que deberían poder terminar el cuento ellos mismos, y las polillas deberían comerse las últimas páginas.