Optimismo, s. Doctrina o creencia de que todo es hermoso, inclusive lo que es feo; todo es bueno, especialmente lo malo; y todo está bien dentro de lo que está mal. Es sostenida con la mayor tenacidad por los más acostumbrados a una suerte adversa. La forma más aceptable de exponerla es con una mueca que simula una sonrisa. Siendo una fe ciega, no percibe la luz de la refutación. Enfermedad intelectual, no cede a ningún tratamiento, salvo la muerte. Es hereditaria, pero afortunadamente no es contagiosa.
Optimista, s. Partidario de la doctrina de que lo negro es blanco. En cierta oportunidad un pesimista pidió auxilio a Dios. Ah --dijo Dios--, tú quieres que yo te devuelva la esperanza, la alegría.
--No --replicó el pesimista--. Me bastaría si crearas algo que las justificara.
--El mundo ya está todo creado --repuso Dios--, pero te olvidas de algo: la mortalidad del optimista.
Oratoria, s. Conspiración entre el lenguaje y la acción para defraudar al entendimiento. Tiranía atenuada por la taquigrafía.
Ordenado, adj. Sujeto al orden, como un sedicioso colgado de un farol.
Paciencia, s. Forma menor de la desesperación, disfrazada de virtud.
Palacio, s. Residencia bella y costosa, particularmente la de un gran funcionario. La residencia de un alto dignatario de la Iglesia se llama palacio; la del fundador de su religión se llamaba pajar o pesebre. El progreso existe.
Panegírico, s. Elogio de una persona que tiene las ventajas del dinero o del poder; o que ha tenido la deferencia de morirse.
Pantalón, s. Prenda que cubre la parte inferior del adulto civilizado de sexo masculino. Es de forma tubular y no posee goznes en los puntos de flexión. Se supone que fue inventado por un humorista.
Pasaporte, s. Documento que se inflige traidoramente a un ciudadano que sale de su país, denunciándolo como extranjero y exponiéndolo al ultraje y la reprobación.
Paz, s. En política internacional, época de engaño entre dos épocas de lucha.
Peatón, s. Para un automóvil, parte movediza (y audible) del camino.
Pedigré, s. Parte conocida del camino que conduce de un antepasado arbóreo con una vejiga natatoria, a un descendiente urbano con un cigarrillo.
Perogrullada, s. Elemento fundamental y gloria insigne de la literatura popular. Un pensamiento que ronca en palabras que humean. Sabiduría de un millón de necios en boca de un tonto. Sentimiento fósil en roca artificial. Moraleja sin fábula. Todo lo que es mortal de una verdad fenecida. Pocillo de moralina y leche. Rabadilla de un pavo real desplumado. Medusa que se marchita al borde del mar del pensamiento.Cacareo que sobrevive al huevo. Epigrama desecado.
Optimista, s. Partidario de la doctrina de que lo negro es blanco. En cierta oportunidad un pesimista pidió auxilio a Dios. Ah --dijo Dios--, tú quieres que yo te devuelva la esperanza, la alegría.
--No --replicó el pesimista--. Me bastaría si crearas algo que las justificara.
--El mundo ya está todo creado --repuso Dios--, pero te olvidas de algo: la mortalidad del optimista.
Oratoria, s. Conspiración entre el lenguaje y la acción para defraudar al entendimiento. Tiranía atenuada por la taquigrafía.
Ordenado, adj. Sujeto al orden, como un sedicioso colgado de un farol.
Paciencia, s. Forma menor de la desesperación, disfrazada de virtud.
Palacio, s. Residencia bella y costosa, particularmente la de un gran funcionario. La residencia de un alto dignatario de la Iglesia se llama palacio; la del fundador de su religión se llamaba pajar o pesebre. El progreso existe.
Panegírico, s. Elogio de una persona que tiene las ventajas del dinero o del poder; o que ha tenido la deferencia de morirse.
Pantalón, s. Prenda que cubre la parte inferior del adulto civilizado de sexo masculino. Es de forma tubular y no posee goznes en los puntos de flexión. Se supone que fue inventado por un humorista.
Pasaporte, s. Documento que se inflige traidoramente a un ciudadano que sale de su país, denunciándolo como extranjero y exponiéndolo al ultraje y la reprobación.
Paz, s. En política internacional, época de engaño entre dos épocas de lucha.
Peatón, s. Para un automóvil, parte movediza (y audible) del camino.
Pedigré, s. Parte conocida del camino que conduce de un antepasado arbóreo con una vejiga natatoria, a un descendiente urbano con un cigarrillo.
Perogrullada, s. Elemento fundamental y gloria insigne de la literatura popular. Un pensamiento que ronca en palabras que humean. Sabiduría de un millón de necios en boca de un tonto. Sentimiento fósil en roca artificial. Moraleja sin fábula. Todo lo que es mortal de una verdad fenecida. Pocillo de moralina y leche. Rabadilla de un pavo real desplumado. Medusa que se marchita al borde del mar del pensamiento.Cacareo que sobrevive al huevo. Epigrama desecado.
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