viernes, 1 de julio de 2011

Un profesor iniciático

El profesor del deseo
1977
Título original: The Professor of Desire
Autor: Philip Roth

253 Páginas
Traductor: Ramón Buenaventura
Editorial Sudamericana (Literatura Mondadori), 2007

En una entrevista del año 2005, Philip Roth dijo: “Hablar de ‘la muerte de la novela’ es un lugar común de cuarta y, además, es mentira. Los que están muriendo en los Estados Unidos son los lectores (…). Calculemos que cada año se mueren unos 72 buenos lectores y son reemplazados por dos, y no había más de 25 mil buenos lectores en total para empezar. Esto no es un chiste. Gente joven que lea seriamente ficción, y que luego piense, casi no existe. A muchos les encantaría, lo sé, pero no tienen tiempo. La mayor parte es seducida por la pantalla más que por la hoja impresa, o tienen otras cosas que hacer que les divierten más. En unos años, los buenos lectores van a ser tan pocos que van a ser como un culto, las 150 personas en los Estados Unidos que leen Anna Karenina, por ejemplo”.
Como un conjuro a sus vaticinios, por suerte, Philip Roth sigue escribiendo novelas y deja (tiene la posibilidad de hacerlo) en manos de la editorial el asunto de la venta del libro. Si bien El profesor del deseo es de 1977, desde el 2006 Roth viene publicando una novela por año.
Philip Roth, por esta vez, deja de lado las peripecias de Nathan Zuckerman, el proverbial protagonista de sus novelas (disculpen ustedes que no diga alter ego, pero tengo mis reticencias por esa denominación). En El profesor del deseo nos muestra la vida de David Kepesh: hijo de un hotelero de montaña, admirador del hombre orquesta empleado del hotel, estudiante universitario primero, profesor de un seminario sobre Kafka después… Éstas son tan sólo las marcas que van a acompañar en la vida a David en el proceso que va desde su infancia hasta la madurez de la juventud.
Diálogos corrosivos, ménage á trois, recurrencias hacia Antón Chejov y la búsqueda de rastros perdidos en la vida de Kafka forman una unidad ineludible que da paso a las sucesivas transformaciones de David, complejizando de este modo la figura típica del héroe de las novelas de educación. David no encuentra un crecimiento lineal sino que vive en una amplia red de sucesos que, por momentos, lo superan. El trasfondo psicológico que Roth imprime a sus personajes desnuda las falencias cotidianas con que podemos encontrarnos cada día, y produce, además, un acercamiento más humano en las decisiones que deben tomar. En una palabra, David Kepesh es un personaje absolutamente humanizado, con las mismas dudas y certezas que cualquiera.
Philip Roth en El profesor del deseo nos habla de amor, de sexo, de soledad, de literatura, y confluye en la única causa posible: la vida, señero lugar donde risas y llantos conforman la felicidad. El profesor del deseo es una novela que no permite la pausa, o por la carcajada o por la reflexión.
Larga vida a la novela. Salud a los nuevos lectores.

1 comentario:

  1. MUy bueno. No leí nada de roth. Ya empezaré. Pero esta muy bien lo que dice.
    La escritura y lectura, se reducirá a lo que ya es, un ghetto. Y por más que se pretenda escribir la gran obra; será pasada por desapercibida. A nadie le importa nada.

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