miércoles, 16 de marzo de 2011

De los adivinos mitológicos al siglo XX

Jorge Aloy

Refiere la mitología griega que Tiresias, en cierta oportunidad, intervino al ver a dos serpientes en cópula. Distintas versiones dicen que las separó o las hirió o mató a la hembra. Esta confusa intervención le valió un cambio de sexo: se convirtió en mujer. Siete años después se entrometió en una situación similar y recuperó su sexo original. Tiresias, como podemos imaginar, se hizo célebre por conocer los secretos de los dos sexos. Entonces Zeus, el más grande de los dioses del Olimpo, lo convocó para dirimir una discusión con Hera, su esposa. Deseaban saber si era el hombre o la mujer quién sentía mayor placer en el amor. Según el multicitado Diccionario de Mitología Griega y Romana de Pierre Grimal, Tiresias respondió que “si el goce del amor se componía de diez partes, la mujer se quedaba con nueve, y el hombre, con una sola”. Enfurecida ante tal revelación, Hera dejó ciego a Tiresias. Para compensarlo, Zeus le otorgó el don del vaticinio, además de darle una larga vida.
Grimal nos recuerda, además, que Tiresias tanto para la poesía helenística como para la romana, es el “adivino universal” de Tebas.
En el siglo XX, los dictadores también buscaron a sus hechiceros. Hitler, en 1935, tenía a su propio adivino. Se llamaba Eric Jan Nauseen. Hitler seguía al pie de la letra a las indicaciones de su vidente. Jan Nauseen dentro del régimen tenía reservado un lugar privilegiado, pero no poco peligroso. Los colaboradores del dictador insistían en que el adivino era judío. Hitler dejó de lado por un momento su superstición y lo envió a un campo de concentración. En poco tiempo Jan Nauseen fue fusilado.
Inmediatamente Hitler solicitó un reemplazante. El nuevo adivino se llamaba Kraft, pero la paranoia de los nazis se imponía sobre cualquier anuncio sobrenatural. Kraft también fue asesinado. Esta vez la elección recayó en la cámara de gas.
Dejamos para otros el estudio sobre el arte de la adivinación y su inherencia
al ser humano. Lo cierto es que los griegos vivieron pendientes de los mensajes de los oráculos. La modernidad reemplazó a la pitonisa por un médium. Recordemos que la pitonisa era poseída por un dios para hablar a través de su boca.
Volvamos a Tiresias. Zeus le permitió conservar su arte aún después de muerto. En el Canto XI de la Odisea, Odiseo (Ulises) desciende al mundo subterráneo de los muertos. Su finalidad era consultarle al adivino sobre su destino. El héroe llevaba ya mucho tiempo intentando el regreso a su patria y necesitaba las indicaciones de Tiresias. Finalmente el retorno al hogar se produjo de acuerdo a los pronósticos del vidente.
Lo último: Tiresias tuvo la suerte de no ser del siglo XX y caer en manos de algún dictador. Y Zeus demostró de qué manera debe actuar un dios.

1 comentario:

  1. Anónimo16:33

    Ѕome great recommenԁatiоns on keeping your
    bаttery pοwer in an οptimal cоnditіοn.
    Τheѕe types of points provides you with more battery anԁ sаvе you moneу in the
    long run!

    my blog pоst: Www.Prnewswire.Com

    ResponderEliminar

Comentarios a este artículo: