
Nunca se conoció el nombre de ese esclavo; debido a ello, su obra nos llega como perteneciente a Epícteto de Frigia, palabra que remite a su situación de hombre esclavo puesto que, en lengua griega, la palabra epiktetos significa “adquirido, comprado, no libre”.
A los 43 años, ya en condición de liberto, fue exiliado, al igual que todos los filósofos residentes en Roma y se dirigió hacia el noroeste griego, a la ciudad de Nicópolis. Allí abrió su propia escuela, y, a pesar de que sus enseñanzas se aplicaron a varias disciplinas, los textos que se conservan tratan casi en su totalidad de ética.
Más que un filósofo, muchos lo han tildado de moralista. Sus frases son recordadas y circulan en la actualidad. Es más, en una de ellas, “El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos”, me parece ver en germen el tópico reconocido como el de los dos amigos que tan a menudo se ha encontrado en las ficciones literarias y que generalmente atribuyen a Pedro Alfonso (1062 - 1140) en su Disciplina Clericalis.
Así me vienen a la memoria personajes literarios como Hamlet y Horacio; el Conde Lucanor y Patronio; Don Quijote y Sancho Panza; Juan Moreira y Julián Andrade; Sherlock Holmes y Watson; Edmundo Dantés y el Abate Faria; Robinson Crusoe y Viernes; Peter Pan y Campanita.
Desde el cine, Batman y Robin; el Gordo y el Flaco; Abbot y Costello; Martin Riggs y Roger Murtaugh (“Arma Mortal”).
En el formato televisivo a partir de la década del ’50: el Llanero solitario y el Indio Toro; el Zorro y

En dibujos animados, el coyote y el correcaminos; Tweety y Sylvester; Chip y Dale; Tom y Jerry; Anteojito y Antifaz.
También desde el comic: Pelopincho y Cachirula; Diógenes y el Linyera; Inodoro Pereyra y Mendieta, etc.
La frase de Epícteto impuso una impronta, la literatura y sus posteriores manifestaciones culturales la han ido reformulando. Las cosmovisiones de cada nueva sociedad también.