viernes, 1 de junio de 2012

Prisiones terrestres. Nicolás Correa *

Carolina Bugnone

Prisiones terrestres 
Nicolás Correa 
Edulp (Estudios de la Universidad de La Plata)
Marzo de 2010.






Prisiones terrestres, de Nicolás Correa, subsume a quien lo lee en un laberinto de guapos y acuchillados, en diversos escenarios. Se agrupan aquí una serie de relatos entre los que puede verse el hilo que los subtiende: la repetición, la negación de las nuevas posibilidades históricas, la violencia, la muerte, los cuchillos, las cicatrices, la hombría.
Un muerto en una pelea maleva indica el nacimiento del lugar de hombre de Rosas Gamarra, uno de los personajes que protagoniza varios de los cuentos ("Hombre que llega y no muere"). Las cicatrices en el torso, en la cara, en diversos momentos de Rosas y en distintos pasajes de los diferentes cuentos, nos hacen palpar las marcas de la violencia como forma de ubicarse en el mundo, de pararse en posición de ataque frente a los otros y frente a la historia. El dolor y la muerte se articulan de modo natural con el surgimiento de otras cosas, morirse no sólo es dejar de vivir sino pasar a la historia, a otra configuración, inaugurar situaciones y existencias. La doble cara de la muerte está pintorescamente pintada en estos relatos, donde el final implica casi siempre algún principio. Como cuando el Marciano Correa muere en manos de Rosas, y entonces Rosas nace como héroe del cuchillo ("Hombre que llega y no muere"). O: “Imagínese que la muerte, en lugar del ser el fin, el silencio, la ausencia, es lo contrario, un comienzo, la completud universal. Las únicas prisiones que existen son las terrestres” dice Hu Yiao en "La historia que Enzo Aguirre no quiso escuchar".
El tono campero y caudillesco de los primeros cuentos se topa de pronto, en los últimos, con la voz de la sabiduría oriental. Si bien el discurso de Oriente aparece disruptivamente, cuando uno sigue la línea de las narraciones, se encuentra con un lazo entre los primeros y los últimos: la incesante idea de sino, de destino. La pesada y sólida idea de que las vivencias que parecen nuevas no lo son, más bien están atrapadas en una repetición de la que no es posible salvarse en algunos casos, y de un destino escrito de antemano en otros. Como piensa un muchacho justo antes de ser asesinado ("El cálculo inútil"): “Pensó en que toda su familia había corrido la misma suerte o la correría. Pensó que así había sido tantos siglos atrás y que no iba a cambiar”. O Rosas ("El Fusilamiento"): “La oscuridad que había en la pulpería, el olor de los hombres y las mujeres, el griterío, lo aturdieron, por un momento. Observó dentro del vaso y le pareció que todas las noches eran la misma noche, algo repetitivo que nunca lo dejaba libre”.
Prisiones terrestres es cosa de hombres, el elemento femenino está ausente, borrado, suspendido en un espacio de vacío. Se asoman algunas mujeres pero casi como hombres, trabajadoras y fuertes (la Dominga, madre de Rosas; la morena en "Una casa vieja y sólida"), tal vez excepto la “hermana” de uno de los personajes evocada en un recuerdo: ya adolescente, bañándose en el río, moja sus formas de mujer ante los ojos del hermano. Un destello mínimo de lo femenino que fulgura, precisamente, por hacer notar su ausencia.
Prisiones terrestres es un inexacto cruce de pasillos con marcas y muertos en el que uno se pierde gustosamente, y lo bien que hace si disfruta de no encontrar la salida.
                                                                 
* Nicolás Correa. Escritor nacido el 5 de septiembre de 1983, en Morón. Está finalizando la licenciatura en Letras en la Universidad de Buenos Aires. Tiene editados los libros de cuentos Made in China en el 2007, por la editorial El Escriba, Engranajes de sangre, en el 2008, por la editorial Milena Caserola y Prisiones terrestres, por la Universidad de La Plata y varios cuentos editados en distintas antologías. A fines de 2012 saldrá publicado el primer poemario Virgencita de los muertos, por La talita dorada.
Nicolás Correa ha participado de diferentes revistas literarias como: Oliverio, Los asesinos tímidos, Lilith, No-Retornable, Como Loca Mala, Lenguaraz (México), Culturamas (España), entre otras, y fue director de la revista literaria y de interés cultural Gatillo y coordinador del Grupo Interdisciplinario Cruce y es parte de lo que se dio a llamar la Nueva Nueva Narrativa Argentina.
 Realiza correcciones teatrales y administra el blog: www.engranajesdesangre.blogspot.com. Se desempeñó como productor general del teatro El Cubo y de la muestra Cosmópolis. Borges y Buenos Aires, que se expuso en la Casa de la Cultura del GCBA. Participa de la cátedra de Literatura Latinoamericana I (Tieffemberg) en la Universidad de Buenos Aires. Filosofía y Letras.